Brihuega es una villa histórica y monumental situada en la comarca de la Alcarria, en la provincia de Guadalajara. Sus orígenes se remontan a la época de los celtíberos, como demuestran los restos hallados en la vega del Tajuña. Más tarde, Brihuega pasó a manos de los romanos (siglo II a.C.) y recibió el nombre de Castrum Brioga. En la Edad Media se conoció como Brioga. Conquistada a los árabes por Alfonso VI, a comienzos del siglo XIII recibió sus fueros. De ese siglo datan la mayor parte de sus principales monumentos. En el siglo XVI pasó a poder de la corona tras pertenecer a los arzobispos de Toledo.

Brihuega cuenta con un importante patrimonio monumental, natural e histórico que conviene explorar de manera sosegada. Uno de los lugares más representativos de Brihuega es la iglesia de San Miguel Arcángel, que data del siglo XIII. Otro monumento destacado es el castillo de la Peña Bermeja, que se encuentra en lo alto de un cerro y desde el que se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de la villa y de los campos de la Alcarria. La plaza del Coso es otro punto emblemático de Brihuega, donde se celebran corridas de toros y otros eventos festivos como el célebre encierro del 16 de agosto.

Además, Brihuega es conocida por sus campos de lavanda, que se extienden por los alrededores de la villa y que en verano ofrecen un espectáculo visual y olfativo impresionante. También es interesante visitar la Real Fábrica de Paños, que se encuentra en el centro de la villa y que fue fundada en el siglo XVIII por Carlos III. En la actualidad, el edificio alberga el Museo de Historia de Brihuega, donde se pueden contemplar diferentes pinturas, bocetos, dibujos y piezas de arqueología que ayudan a conocer en profundidad la historia de esta villa de Guadalajara.

En resumen, Brihuega es una villa con una rica historia y una gran cantidad de atractivos turísticos que merece la pena visitar.